En la madrugada del día miércoles 7 de octubre entró por la Península de Yucatán el huracán "Delta".Tocó tierra e ingresó por el estado de Quintana Roo con una temible categoría 3 en la escala de medición Saffir-Simpson.A su paso afectó las actividades turísticas de la isla de Cozumel, Isla Mujeres, Isla Holbox, Isla Banco Chinchorro e Isla Contoy, las cuales tuvieron que ser evacuadas de manera pronta de turistas nacionales y extranjeros y llevados tierra dentro, el saldo fue blanco.Se calcula que los turistas hospedados en la zona norte desde, Tulum hasta Holbox alcanzaba la cifra de 40 mil 900. " "Delta" impactó Puerto Morelos justo a las 5:30 horas y ahí se degradó a categoría 2, según datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) que depende de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se internó en el estado y afectó los municipios de Solidaridad, Tulum, Playa del Carmen y Benito Juárez, así como Lázaro Cárdenas.
La inminente llegada del huracán prendió los focos rojos, se activaron protocolos y se hicieron los preparativos necesarios para preservar la vida tanto de turistas, como de trabajadores de distintos ramos de la industria turística; hoteles, restaurantes, bares, discos, antros y centros recreativos, balnearios, camping, tours, así como empleados de los distintos gobiernos y habitantes de las colonias urbanas, de las zonas importantes del norte del estado, donde la actividad turística lo es todo. Los servicios que se interrumpieron de manera intencional o producto de las ráfagas de viento, se reinstalaron a poco de que Delta abandonara la entidad.Pero, ¿qué pasó con los quintanarroenses de a pie, con los campesinos y agricultores, con los pescadores y jornaleros, con los ganaderos y apicultores, con aquellos que tienen como modo de vida el trabajo en las zonas rurales? Ellos, todos ellos quedaron delegados.En el más puro y refinado olvido.Los servicios que se colapsaron, a causa de las torrenciales lluvias, las descargas eléctricas y las rachas de viento, algunos, todavía no los reinstalan.Ahí, con ellos "Delta" se ensañó y, destruyó con una fuerza descomunal, con vientos desde 178 hasta 209 Km/H.plantíos de cocos, de caña y de maíz, así como huertas de naranja, que, por cierto, ya estaban a un mes del corte, así mismo los plantíos de papaya y limón.Ganado bovino y caprino perdidos, aves de corral y cerdos arrastrados y ahogados por las corrientes de agua.Casas arrasadas por el viento, techos desprendidos, muebles, enseres, ropa, y papeles personales perdidos.Miedo, temor, incertidumbre y dolor, son parte del saldo que deja a su paso tan devastador evento natural.Justo sería que la ayuda para este sector mayoritario, carente de liquidez, fuese expedita, que fluyera de la misma manera que fluye para la zona costera y turística, pero desgraciadamente es tan lenta como los caracoles, Aquí, donde el político se distingue por sus actos, por sus acciones del discurso oficialista, de la retórica verborrea, aquí donde la acción debiera ser más rápida que la palabra hablada, se estanca en mil y un prejuicios, recelos, intereses, desdenes y otras perversiones propias de los políticos.Las desgracias a veces no llegan solas, justo 21 días después, el huracán "Zeta" de categoría 1, azotó de nueva cuenta al estado.La desgracia se intensificó.Y a esto habrá que sumarle la inmisericorde pandemia ocasionada por el SARS-CoV-2, causante de la enfermedad covid-19 que ha dejado como herencia hasta el día de hoy, cerca de 12 mil contagiados y un saldo de casi 2 mil personas fallecidas, cuantificadas con el sistema "centinela" (y que bien pudiéramos hasta triplicar) aquí, en el paradisíaco estado.
Los rezagos heredados por las administraciones pasadas, la falta de empleo, la carestía y la inseguridad son asuntos sin resolver, la falta de oportunidades laborales, así como la carencia de servicios como agua, drenaje, pavimentación y electrificación en zonas urbanas de la periferia de Chetumal, la falta de apoyos para los campesinos con semillas, fertilizantes, apoyos crediticios, caminos saca cosechas, etc., la nula atención a los jóvenes estudiantes de escasos recursos que buscan realizar su sueño de ser "alguien" en la vida, a costa de todo, incluso de abandonar el cobijo de su humilde hogar, con tal de llegar a las ciudades del estado a estudiar, encontrando refugio en los albergues estudiantiles adheridas a la FNERRR, que tampoco cuentan con algún apoyo y, que por el contrario, el gobierno municipal, le quiere quitar sus instalaciones, el evidente desinterés de querer intervenir en el despojo que el ejido Calderitas intenta hacer con los habitantes de la colonia Mártires Antorchistas, la desatención a estas problemáticas y, otras muchas más que por falta de espacio ya no menciono, resultan ofensivas para la ciudadanía, e imperdonables para cualquier gobierno que lleva ya 4 años ostentando el poder.
Ante este panorama tan desalentador la alternativa más viable para paliar el hambre, las necesidades básicas para sobrevivir de manera más o menos digna y, atemperar los ánimos de un pueblo pobre y noble pero cansado de tanto abandono, burla y desinterés, solo existe una solución y es el apoyo irrestricto del gobierno que tiene como finalidad administrar los haberes para que no haya faltantes.Pero el gobierno de Quintana Roo, encabezado por Carlos Manuel Joaquín Gonzáles, no refleja en sus actos esta intención.Sé de buena fuente, que el gobernador es un buen hombre, que se preocupa, pero que no se ocupa de las problemáticas del estado.Sabemos que un buen líder delega las acciones en los subalternos, y que el gobernador, ha delegado la resolución de acuerdos tomados con el Movimiento Antorchista en Quintana Roo en sus hombres de confianza, los secretarios y directores encargados de realizar las acciones adecuadas y pertinentes para solucionar y resolver los problemas planteados desde hace más de un año y que el propio gobernador, aseguró que se solucionarían. No sólo no han resuelto nada, sino que ahora se han cerrado al diálogo, hoy no atienden ni personal ni telefónicamente a quienes hace meses, recibían en sus oficinas y, ahí ofrecían soluciones y acuerdos.
Yo, optimista y bien pensado, planteo que el gobernador es ajeno a toda esta conducta impropia de nuestros servidores públicos, de funcionarios que buscaron ese puesto, para servir y no servirse y que, por lo tanto, este desdén, esta majadería impropia de un trabajador al servicio del Estado y del pueblo, es a espaldas del gobernador.Y por eso es necesario hacérselo saber y ya que a los líderes antorchistas les niegan hasta la oportunidad del diálogo, entonces acudiremos el próximo día 10 de noviembre a Palacio de Gobierno, una representación mayor.Cientos de colonos, campesinos, empleados, trabajadores del volante, estudiantes, amas de casa, jubilados y pensionados, vendedores ambulantes, desempleados, etc., hombres y mujeres de bien, que buscaremos al gobernador Carlos Joaquín, para que conozca de primera mano, que sus órdenes e indicaciones que dio hace más de un año y que eran solucionar las problemáticas de una sociedad flagelada por años, no fueron acatadas por sus responsables en cada rubro.Si a pesar de eso, el gobernador Joaquín González no nos da la solución adecuada, aceptable y lógica, o se niega a recibirnos, nuestra marcha se convertirá en plantón.Pero no nos moveremos sino tenemos una solución digna a nuestras problemáticas.
Señor gobernador, la pelota está en su cancha, no nos burle, no nos pinté ni nos meta gol.No se equivoque, jugamos en el mismo equipo y se llama Quintana Roo.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario